miércoles, 6 de mayo de 2015

Como tal universo paralelo: Entrevista a Angélica Gorodischer


Nos recibe en su casa de una manera cálida. Abre la puerta del frente, la que da a la calle, y nos conduce lentamente hacia el fondo, no sin antes pasar obligadamente por el patio, ese pulmón verde que divide a la casa de su hábitat natural, el estudio. Este último es una especie de universo paralelo, uno de esos que ella tan bien plasma en sus escritos. La luz tenue lo inunda y se cuela entre los muchos libros que habitan sus paredes y escritorio, aportándole al encuentro la mezcla perfecta entre misterio y curiosidad.
Angélica Gorodischer se sienta elegantemente en el sillón, bien dispuesta a cambiar de asiento si así la fotógrafa lo requiere, y comienza el ida y vuelta, la pregunta-respuesta, lo que fuimos a hacer allí y que algunos osan llamar arte, la entrevista. En definitiva la primera de esta revista que dio en llamarse “Malos Poetas”, y que sintió a este encuentro con una de las más grandes escritoras de la ciudad y el país como un bautismo de fuego.

¿Cómo comenzaste a escribir?

(Risas) Bueno mirá…lo que pasa es que yo nací entre libros, lo cual es una ventaja. En mi casa había una biblioteca, mi mamá leía, mi papá leía. Los libros eran una parte importante de la casa. Pero eso no es definitorio, es favorable. Por ejemplo, Griselda Gambaro, que yo creo que es la mejor escritora argentina, vivía en una casa en la que no había libros…no había ni siquiera la guía de teléfono, porque era gente muy modesta, no podían ni siquiera tener teléfono…ella no conoció libros de entrada jamás…Pero a la vuelta de su casa había una biblioteca…Así que bueno (risas) ya con eso suplía la falta de libros en su casa…y la familiaridad con los libros es una cosa sumamente importante.
Además yo era una criatura tímida y solitaria y jugaba con los libros. Tenía, lo que dice Margaret Atwood, una escritora canadiense que la recomiendo, lo que tenemos todas las escritoras: la soledad y los libros.
Por otra parte mi mamá, me contaba cuentos…y a los chicos hay que contarles cuentos. Si uno tiene desde chica, eso, el amor por los cuentos, seguro que escribe.

Desde que comenzaste a escribir lo pensaste cómo un medio de vida o sólo lo hacías por placer sin pensar tanto en lo económico.

Por placer, porque me parecía que era muy natural que yo escribiera cuentos. Estaba rodeada por cuentos. Así que bueno, escribía cuentos. Mmm, después vaya a saber uno dónde fueron a parar (risas).

Angélica, con el tema de cómo se conforma un escritor, y cómo realiza su vida, se tiene, como en todo, prejuicios, porque aunque nos queramos desprender todos poseemos prejuicios. Y con respecto al escritor se posee el prejuicio de que, se lo ve como un personaje bohemio, que se va a vivir la boheme a Francia.

Ese era Cortázar, y bueno, está bien. Pero son mentiras. Hay señores que fueron muy, muy de su casa. El uruguayo Onetti, estaba en su casa tirado en la cama. Thomas Mann, fue un tipo de su casa, con su mujer, con sus cosas…Todos, en general, no fueron unos locos de la vida que salían con putas por todos lados, y que se emborrachaban por las tabernas. Algunos sí, pero uno, dos. Esa es la visión más o menos romanticoide de la cosa, ¿no?

¿Cómo se hace para ser escritora, y una mujer de familia, una madre presente a la vez?

Ah sí…y yo necesito mi tranquilidad, mi rutina. Necesito saber que la ropa está limpia, que los pisos están encerados, que la muchacha vino y planchó. Y que está todo bien. Porque sino no me puedo poner a escribir. Bueno ahora somos mi marido y yo. Antes estaban los chicos que eran chiquitos, que había que atenderlos, que tenían que ir al colegio. Es difícil. Para una mujer es mucho más difícil que para un varón, porque uno tiene que cargar con los dos papeles. Tenía marido, casa, tres hijos chiquitos y trabajo fuera de mi casa. Yo iba a marcar tarjeta todos los días. Y bueno, entonces, escribía también cuando podía. Ahora soy una bacana, escribo cuando se me da la gana, porque tengo gana, y nadie me jode. Pero en un momento tuve todo eso entre manos, y lo hice. Es duro, es muy duro, pero se puede.

Para hacer literatura de CIENCIA FICCIÓN sólo hace falta nutrirse de CIENCIA FICCIÓN, o siempre es necesario indagar por varios géneros

Ah no, escuchame: el señor Aldous Huxley, cuya lectura recomiendo, decía que si uno quiere escribir, tiene que leer de todo, no solamente literatura. Yo no sólo he leído de todo, sino que además me interesa muchísimo la ciencia. Leo astrofísica, como una desesperada. No entiendo un carajo, pero comprendo lo que me dicen. Hasta al señor Hopkins lo he leído. Y ahora estoy leyendo al señor Mitans. Porque además el lenguaje de la ciencia es un lenguaje poético. Hay que leer de todo: historia, botánica, ciencia, teatro. Todo lo que te cae en las manos, porque sino tenés una visión incompleta del mundo. Todos los géneros, los autores de ahora, del siglo XIV, de lo que viene.
Una siempre tiene sus favoritos, sus preferidos, por supuesto, eso no lo podés evitar. Pero tenés que leer todo, aprender todos los lenguajes, todas las jergas. Sino, ¿Qué estás escribiendo?

Cuando vos decís…yo no escribo sólo ceincia ficción. Decís..tengo 30 libros publicados, sólo cuatro son de CIENCIA FICCIÓN. Pero esos cuatro tienen un peso muy importante, porque usted es considerada una de las tres autoras más grande del género, en habla hispana

Claro, sabés lo que pasa. Era muy difícil, muy extraño, que una mina argentina, es decir del culo del mundo, en un país que para qué vamos a hablar, ama de casa, esposa y madre que pergeñaba cositas, escribiera CIENCIA FICCIÓN. Porque este es un país en donde no funcionan los teléfonos, ni el gas, ni el agua, ni nada. Y no podés estar escribiendo sobre imperios galácticos. ¿De qué me están hablando? Eso puede hacerlo un yanqui. Pero alguien de esta república bananera, no. Yo escribía otra cosa, una especie de CIENCIA FICCIÓN METAFÍSICA. Que es lo que han hecho los argentinos, las argentinas, y las caribeñas que han escrito CIENCIA FICCIÓN. Hemos escrito otra cosa, los problemas del tiempo, los universos paralelos, los universos arborescentes, pero no podés escribir sobre las naves interestelares. Primero tienen que funcionar los teléfonos, ¿No?

El autor , ¿Está todo el tiempo pensando en ficcionalizar lo que vive?

Yo sí, pero no lo que vivo sino que constantemente me cuento cuentos…que no sirven para un carajo…son cuentos de lo peor…y, yo sé que son de lo peor…Pero desde que soy chiquita me cuento cuentos…con los libros de arte, de mi casa, de chica miraba las reproducciones de los pintores…y me contaba cuentos…Por eso a veces me han preguntado, ¿Y quiénes son sus padres literarios?...Y contesto: ehhh, La Duquesa, no la de ahora ¿no?, la Duquesa de Alba y Flash Gordon. Bueh, ¿Por qué? Porque yo leía historieta y Flash Gordon me volvía loca. El estúpido estaba de novio con esa tarada, en vez de estar de novio conmigo (risas) Y la Duquesa de Alba, porque conocía el retrato que hizo Goya, donde ella está parada con un vestido blanco, con una faja roja, y tiene una correa con un perrito ridículo. Y atrás hay un paisaje. Ese paisaje, a mi me daba vuelta la cabeza. Entonces en ese paisaje yo hacía una historia.


Pensás que el género le imprime algo distinto, le imprime algo propio a tu manera de escribir

Bueno, sí. Por supuesto que sí… ¡Ojo! Yo no creo en ese asunto de la literatura femenina, pienso que son pelotudeces (risas)… Pero escuchame las mujeres tenemos un papel distinto, y una actuación distinta en la sociedad, distinta de la de los varones…Y por supuesto la mirada de la mujer es distinta, y lo que escriben las mujeres es distinto…Pero no es cuestión de que las mujeres escriben tal cosa y los varones tal cosa. Como dijo Virginia Wolf , no es que los varones escriban sobre la guerra y las mujeres escribamos sobre bebés. Es que cada género escribe sobre sí mismo. Claro, porque cada género escribe a través de su género. Podés tomar incluso la mirada de un varón… Yo he escrito cuentos o novelas con un yo que es varón. Pero eso es muy fácil para las mujeres… Porque nosotros somos la mitad del mundo y somos las madres de la otra mitad. Los hemos parido a todos ustedes. …Para un varón es más difícil, porque además lo coartan los prejuicios. No, cómo, me van a decir maricón. Pero hay tipos que lo han hecho y lo han hecho muy bien. Que han tomado, no sólo el lenguaje sino la mirada de la mujer.
He peleado por todo lo que he pedido, y creo que todas tenemos que pelear, porque nos ha ido bastante bien, pero todavía nos falta mucho.


Y teniendo en cuenta eso, la pregunta que nos hacíamos nosotros…¿Por qué elige el apellido de su marido a la hora de publicar?

¿Y por qué no?, Si todos los apellidos son apellidos de hombres. No hay apellidos de mujer…Si uso el apellido de mi papá, es un apellido de hombre… Si uso el apellido de soltera de mi mamá, es el apellido de mi abuelo. No hay apellidos de mujer.

A lo mejor lo elegiste por una cuestión de sonoridad...


Sí, claro. Me gusta más el apellido de mi marido, que el de mi papá. Además mi mamá se llamaba María Angélica y usaba el apellido de mi papá, entonces todos hubieran creído que yo era la misma que…no, no, más vale que no… Yo uso el apellido del “Goro”, al que todo el mundo le dice “Goro”… Y a mi también me dicen “Goro”, ya que estamos…

Volviendo a la manera de escribir ¿Tu paso por la universidad fue importante?

Sí, mirá. Yo suponía que tenía que ir a Letras, Hice primero, segundo, tercero y el cuarto año dije: ¿Qué estoy haciendo acá? Me pasaron cosas importantes, por ejemplo me casé. Y entonces dije no sé que estoy haciendo acá, si yo no quiero enseñar literatura, quiero escribirla. Entonces el día que pensé eso salí de la facultad y no volví nunca más. Me vino bien en el sentido de que me organizó, sistematizó todo lo que había leído. Porque vi materias, como, literatura italiana, literatura alemana, literatura de esto, literatura de allá… bárbaro, eso vino fantástico. Pero por otras razones, no. Siempre cuando algún chico o alguna chica me dice: ¿Por qué entonces yo seguía Letras? Escuchame, vos querés escribir, podes seguir Letras o no podes seguir Letras, es lo mismo. A veces es interesante, a veces viene bien, y a veces no. Depende.
Claro, hay gente que quiere escribir y está muy bien hay que ver qué es lo que uno elige . Por ahí te equivocás, bueno, retrocedes y ahí empezás de nuevo. Hay que ver qué es lo que uno hace, cómo lo hace, y si está convencido hay que darle para adelante. No hay otra. No creo que se pueda enseñar a escribir. Para escribir hay que escribir, si alguien dice que quiere escribir y no escribe, no quiere escribir.

Ya se que para todo escritor lo que escribe y publica es especial, pero si tuvieras que elegir ¿Que cuento elegirías?

Un cuento no, elegiría una novela que se llama “Prodigios”, que fue editada en España, nadie la conoce porque ahora va a salir en el país…de lo mejor que escribí en mi vida. (Risas)

Y en este último tiempo, ¿En que estás trabajando?

Acaba de salir mi libro: “Palito de naranjo”. El palito de naranjo es una ramita de naranjo a la que se le saca la corteza y queda la parte de adentro que no es blanda pero tampoco es dura. A eso se le hace un bisel y es lo que usan las manicuras para bajar la cutícula. Cuando yo era chica todo el mundo tenía un palito de naranjo y no te digo la manicura, por supuesto. Y acá, en mi novela, el palito de naranjo es el símbolo del ascenso social.


Ahora estoy escribiendo otra novela, pero todavía no está terminada. Porque cuando estoy escribiendo una novela (a mucha gente le pasa) se potencia otra. Entonces una escribe una novela y dice: pero por qué estoy escribiendo esto si yo quiero escribir esto otro. Mentira. Eso es una mentira y uno sabe que es mentira. Terminá esa para escribir esa otra. Cuando uno ya está haciendo algo, sí, hay que pensar un proyecto para después, porque sino le pasa eso que algunos dicen que les pasa: “Ay, me sentí vacío”. Pero primero hay que terminar con una y después con la otra.


Redacción: Santiago Sorribas y Fernando Cinalli
Fotografía: Antonella Aranda




2 comentarios:

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  2. Buenísima la entrevista!.Coincido con muchas de la reflexiones de Angélica. Una genia!
    Felicitaciones chicos!

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